lunes, 21 de septiembre de 2015

Se reinauguró una señal urbana: UN LUGAR EN EL MUNDO, símbolo de paz y encuentro, en la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe - República Argentina)

( Ciudad de Rosario – Provincia de Santa Fe – República Argentina – Domingo, 20 de Septiembre del 2.015 ). Se reinauguró un emblema de convivencia entre las comunidades árabe y judía, en las calles Dorrego esquina San Luis, que había sido vandalizado.

En el marco del “Día Internacional por la Paz: 21 de Septiembre” ( ONU – Resoluciones ) y “Día Municipal de la Paz: 21 de Septiembre” ( Ordenanza Nº 8.795 / Año 2.011 ), durante un emotivo acto, el Domingo 20 de septiembre del 2.015, a las 19:00 Hs., el Ejecutivo local puso en valor el símbolo de bronce “Un lugar en el mundo”.
Emplazada en la intersección de las calles San Luis y Dorrego, la figura representa la unión de las comunidades árabe y judía de la ciudad y había sido diseñada e instalada por León Carpman en el año 2009, pero en junio del 2.013 fue robada y es por ello que, en esta ocasión, el artista Dante Taparelli se encargó de su restauración.
“En homenaje a este día tan especial y según el lema que plantea las Naciones Unidas: ‘alianza por la paz, dignidad para todos’, esta es una manera de mostrarles que en esta ciudad nos comprometemos con ese objetivo”, dijo la intendenta Mónica Fein minutos antes de iniciar  la ceremonia que tuvo como orador inicial al Obispo ( Emérito ) de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA), Pastor Federico Pagura.
Mientras la cantante Vanesa Bacheliere y los músicos Alejandro Bluhn y Martín Albano ponían color al encuentro, la voz de la locutora Ana Lía Barbosa agradecía la presencia de funcionarios municipales, miembros de las distintas comunidades árabe y judía, “Comunidades Religiosas” y público en general, que se acercaron a revalorizar el emblemático símbolo de bronce.
Taparelli explicó que la figura está compuesta por las primeras letras de la palabra hogar de los alfabetos árabe y hebreo. “Este lugar, además, es paradigmático porque es justamente aquí que a finales del siglo XIX las comunidades árabes y judías se asentaron como una familia y pusieron sus templos, sus escuelas y sus negocios en absoluta convivencia y solidaridad”, señaló el artista.
Sobre los cuidados a futuro de la imagen, para que no vuelva a ser vandalizada, Fein sostuvo que “si bien hay ciertos sectores que tienden a destruir, la realidad es que la mayoría de la ciudad construye y cuida y lo importante es que los que cuidan y defienden tengan más visibilidad, por eso, esto que fue destruido, lo volvimos a construir de modo que esta huella perdure en el tiempo”.

Historia de una SEÑAL URBANA

Mediante la instalación de esta obra artística realizada en bronce, en la esquina de Dorrego y San Luis, la Municipalidad de Rosario deja plasmado un homenaje a la convivencia en armonía de las comunidades árabe y judía asentadas  en este  sector de la ciudad a principios de siglo pasado. La obra, impulsada originalmente por la Dirección de Diseño e Imagen Urbano y la oficina de Derechos Humanos –ambas dependientes de la secretaría de Cultura y Educación– fue desarrollada a través del concurso denominado “Un lugar en el mundo”.

El diseño de la instalación pertenece al artista local León Carpman, y reúne en un mismo conjunto las letras bet (alfabeto hebreo) y ba (alfabeto árabe), iniciales que, en los dos idiomas, dan origen a la palabra “hogar”. Así la unión de ambas grafías señala e identifica simbólicamente a este sitio como el origen común del habitat de ambas comunidades en Rosario.



Realizada en bronce e incrustada en la intersección de San Luis y Dorrego, este sello busca constituirse en un recordatorio permanente del singular espíritu de convivencia de árabes y judíos, que ha prevalecido a lo largo de más de un siglo, en un homenaje que naturalmente se hace extensivo a la tradición multicultural de Rosario.

Esta obra fue seleccionada mediante un concurso que impulsó la secretaría de Cultura municipal, a principios del año 2008, mediante el cual distintos diseñadores de la ciudad presentaron sus propuestas.



Fue elegida entre otras nueve,  por un jurado integrado por la arquitecta Viviana Foresi, concejal del bloque socialista; el arquitecto Julio Gelman, miembro de la Asociación Israelita de Beneficencia; Fabián Rucco, representante de la comunidad árabe; Dante Taparelli, por la dirección de Diseño e Imagen Urbano, y Rubén Chababo, por la Oficina de Derechos Humanos.

En su inauguración ( el viernes 3 de abril del 2.009 ), además, se presento un documental realizado por el Centro Audiovisual Rosario (CAR), en el que quedaron plasmadas y se recuperaron distintas historias de la zona y de sus protagonistas, miembros de las colectividades. 


Una esquina con historia

Alrededor de la intersección de las calles San Luis y Dorrego se originó una de las historias de convivencia más emblemáticas que haya conocido la ciudad: hacia comienzos del siglo XX allí se asentaron y construyeron sus moradas sirios, libaneses y judíos oriundos de los países árabes y de Europa oriental. En árabe y en hebreo hicieron sus plegarias; el español mal hablado fue la lengua franca en la que fueron, con el paso lento o vertiginoso de los años, celebrando su nuevo hogar en América.

En torno a esa esquina surgieron escuelas, templos, iglesias, sinagogas, comercios de ventas de alimentos al menudeo o de telas y baratijas, en una suerte de “Babel” que aún conserva discretamente su esplendor en el nombre de algunas tiendas o en el recuerdo de los más ancianos.

Más allá de los conflictos armados que llenaron de tristeza sus patrias de origen, más allá de enemistades dirimidas en los campos de batalla, árabes y judíos supieron poner primero, aquí y por encima de todo, el maravilloso valor de la convivencia, su memoria de haber sido extranjeros en esta tierra y su hermandad fortalecida en barcos, veredas y patios.


Cómo surgió el proyecto

A comienzos de 2008, el área de Imagen y Diseño Urbano de la Municipalidad, dirigida por Dante Taparelli, junto a la Oficina de Derechos Humanos, coordinada por Rubén Chababo – ambas entidades pertenecientes a la Secretaría de Cultura y Educación Municipal-, convocaron a diseñadores para concursar en el proyecto “Un lugar en el mundo”.

La idea que postuló este proyecto consistió en instalar en el cruce de ambas calles, en el centro mismo, sobre el asfalto, un diseño artístico construido en bronce que evoque el valor maravilloso de la convivencia entre las distintas comunidades asentadas allí a principios de siglo. 

Parte del bronce utilizado para la construcción de ese diseño provino de las  llaves donadas por comerciantes y vecinos de la zona que alguna vez ocuparon esas calles y ese barrio. Llaves pertenecientes a sus casas y sus negocios. Antiguas llaves olvidadas en cajones pero que en el pasado abrieron puertas y sirvieron para resguardar, tras ellas, lo construido, lo alzado, lo creado en esta tierra.

Bajo la modalidad de concurso abierto, se invitó a diseñadores de la ciudad a presentar propuestas para esta obra, las que fueron evaluadas por un jurado integrado por la arquitecta Viviana Foressi, concejal del bloque socialista, el arquitecto Julio Gelman, miembro de la Asociación Israelita de Beneficencia, Fabián Rucco, representante de la comunidad árabe, Dante Taparelli por la dirección de Diseño e Imagen Urbano y Rubén Chababo por la Oficina de Derechos Humanos.

La obra elegida, entre un total de nueve proyectos presentados, fue la de León Carpman. El jurado destacó en ella la singular forma de sintetizar la idea de coexistencia entre las comunidades árabe y judía.

El autor

León Carpman tenía 20 años al inaugurar  la obra ( 2009 ), cursó sus estudios primarios en la Escuela J. N. Bialik y secundarios en el Instituto Politécnico Superior Gral. San Martín. Cursa Bellas Artes y Arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario. En el año 2007 formó parte de un programa educativo de 10 meses de duración viviendo en Jerusalem, Beer Sheva y en el Kibutz Alumot; allí pudo ver de cerca la complicada realidad de la región y aprender algo sobre la cultura árabe

Restitución

En el marco de la restitución de la señal “Un Lugar en el Mundo”, de San Luis y Dorrego, Dante Taparelli contó que salió con un “cortafierro” a probar la resistencia de otras placas. Descubrió la falla y diseñó una forma de colocación más resistente.

A veces la imaginación, salirse del libreto, incluso hasta ponerse en el lugar de un otro que agrede, que vandaliza, puede ser más productivo que años de iniciativas políticamente correctas. Algo de todo eso aplicó Dante Taparelli, director de Diseño e Imagen Urbana de la Secretaría de Cultura municipal, el día que salió a probar la resistencia de las obras públicas con un cortafierro.
El además de funcionario artista plástico distinguido de Rosario contó en el programa La primera de la tarde (Radio 2) que investigó cómo se habían robado en junio de 2013  la señal urbana “Un Lugar en el Mundo”, una pieza de bronce ubicada en la esquina de San Luis y Dorrego.
Detectó que “la placa estaba anclada con unos pitones del tamaño de un clavo”. Entonces decidió hacer una prueba concreta, “con la irreverencia que me caracteriza y porque soy un ser empírico: fui con un cortafierro a un lugar, que no voy a decir dónde, hago con el cortafierro a la placa (sic) y vi que detrás de la placa tenía cuatro clavos”.
“El primer paso: cambiamos el fundidor, porque si vos pones cuatro clavos a una placa de bronce que se roba, sos cómplice del que roba”, continuó Taparelli.
El director de Diseño e Imagen Urbana destacó que trabaja “con dineros públicos” y por eso el cuidado de dónde y cómo se colocan las obras.
La nueva placa de San Luis y Dorrego “es el doble de gruesa (que la anterior) y tiene 24 pitones del tamaño del dedo gordo; o sea que si se la llevan, se llevan la esquina”.

 


Día Internacional por la Paz 


El lema del “Día Internacional por la Paz: 21 de Septiembre” de este año es Alianzas para la paz, dignidad para todos”, con el fin resaltar la importancia de que todos los grupos sociales trabajen juntos para lograr la paz. La labor de las Naciones Unidas no sería posible sin las alianzas que se formaron antes de su fundación y las miles de alianzas que se forman todos los años entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, los grupos de creyentes y otras organizaciones no gubernamentales necesarias para que la Organización pueda lograr los objetivos del futuro.


El Día Internacional de la Paz fue establecido en 1981 por la resolución 36/67 de la Asamblea General para que coincidiera con la sesión de apertura de la misma, que se celebra anualmente el tercer martes de septiembre. El Día de la Paz se conmemoró por primera vez en septiembre de 1982.

En 2001, la Asamblea General aprobó por unanimidad la resolución 55/282, que estableció el 21 de septiembre como un día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial.

La ONU invita a todas las naciones y pueblos a que cumplan una cesación de hostilidades durante todo ese Día y a que también lo celebren mediante la educación y la sensibilización del público sobre todos los temas relacionados con la paz.


ORDENANZA (MR) Nº 8.795/2.011 - “ … Institúyase en la ciudad de Rosario el día 21 DE SETIEMBRE como “DÍA MUNICIPAL DE LA PAZ” adhiriendo al DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ, establecido en 1.981 mediante Resolución 36/67 por Naciones Unidas … ”



Fuentes / Notas relacionadas:










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