( Ciudad
de Rosario – Provincia de Santa Fe – República Argentina – Domingo, 20 de
Septiembre del 2.015 ). Se reinauguró un emblema de convivencia entre las
comunidades árabe y judía, en las calles Dorrego esquina San Luis, que había
sido vandalizado.
En el marco del “Día
Internacional por la Paz: 21 de Septiembre” ( ONU – Resoluciones ) y “Día
Municipal de la Paz: 21 de Septiembre” ( Ordenanza Nº 8.795 / Año 2.011 ),
durante un emotivo acto, el Domingo 20 de septiembre del 2.015, a las 19:00
Hs., el Ejecutivo local puso en valor el símbolo de bronce “Un lugar en el mundo”.
Emplazada en la
intersección de las calles San Luis y Dorrego, la figura representa la unión de
las comunidades árabe y judía de la ciudad y había sido diseñada e instalada
por León Carpman en el año 2009, pero en junio del 2.013 fue robada y es por
ello que, en esta ocasión, el artista Dante Taparelli se encargó de su
restauración.
“En homenaje a este día tan especial y según
el lema que plantea las Naciones Unidas: ‘alianza por la paz, dignidad para
todos’, esta es una manera de mostrarles que en esta ciudad nos comprometemos
con ese objetivo”, dijo la intendenta Mónica Fein minutos antes de iniciar la
ceremonia que tuvo como orador inicial al Obispo ( Emérito ) de la Iglesia
Evangélica Metodista Argentina (IEMA), Pastor Federico Pagura.
Mientras
la cantante Vanesa Bacheliere y los músicos Alejandro Bluhn y Martín Albano
ponían color al encuentro, la voz de la locutora Ana Lía Barbosa agradecía la
presencia de funcionarios municipales, miembros de las distintas comunidades árabe y
judía, “Comunidades Religiosas” y público en general, que se acercaron a
revalorizar el emblemático símbolo de bronce.
Taparelli
explicó que la figura está compuesta por las primeras letras de la palabra
hogar de los alfabetos árabe y hebreo. “Este lugar, además, es paradigmático
porque es justamente aquí que a finales del siglo XIX las comunidades árabes y
judías se asentaron como una familia y pusieron sus templos, sus escuelas y sus
negocios en absoluta convivencia y solidaridad”, señaló el artista.
Sobre
los cuidados a futuro de la imagen, para que no vuelva a ser vandalizada, Fein
sostuvo que “si bien hay ciertos sectores
que tienden a destruir, la realidad es que la mayoría de la ciudad construye y
cuida y lo importante es que los que cuidan y defienden tengan más visibilidad,
por eso, esto que fue destruido, lo volvimos a construir de modo que esta
huella perdure en el tiempo”.
Historia de una SEÑAL URBANA
Mediante la instalación de esta obra artística realizada en
bronce, en la esquina de Dorrego y San Luis, la Municipalidad de Rosario deja
plasmado un homenaje a la convivencia en armonía de las comunidades árabe y
judía asentadas en este sector de
la ciudad a principios de siglo pasado. La obra, impulsada originalmente por la
Dirección de Diseño e Imagen Urbano y la oficina de Derechos Humanos –ambas
dependientes de la secretaría de Cultura y Educación– fue desarrollada a través
del concurso denominado “Un lugar en el mundo”.
El diseño de la instalación pertenece al artista local León
Carpman, y reúne en un mismo conjunto las letras bet (alfabeto hebreo) y ba (alfabeto
árabe), iniciales que, en los dos idiomas, dan origen a la palabra “hogar”. Así
la unión de ambas grafías señala e identifica simbólicamente a este sitio como
el origen común del habitat de ambas comunidades en Rosario.
Realizada en bronce e incrustada en la intersección de San Luis y Dorrego, este sello busca constituirse en un recordatorio permanente del singular espíritu de convivencia de árabes y judíos, que ha prevalecido a lo largo de más de un siglo, en un homenaje que naturalmente se hace extensivo a la tradición multicultural de Rosario.
Esta obra fue seleccionada mediante un concurso que impulsó la secretaría de Cultura municipal, a principios del año 2008, mediante el cual distintos diseñadores de la ciudad presentaron sus propuestas.
Fue elegida entre otras nueve, por un jurado integrado
por la arquitecta Viviana Foresi, concejal del bloque socialista; el arquitecto
Julio Gelman, miembro de la Asociación Israelita de Beneficencia; Fabián Rucco,
representante de la comunidad árabe; Dante Taparelli, por la dirección de
Diseño e Imagen Urbano, y Rubén Chababo, por la Oficina de Derechos Humanos.
En su inauguración ( el viernes 3 de abril del 2.009 ), además, se presento un documental realizado por el Centro Audiovisual Rosario (CAR), en el que quedaron plasmadas y se recuperaron distintas historias de la zona y de sus protagonistas, miembros de las colectividades.
Una esquina con historia
Alrededor de la intersección de las calles San Luis y Dorrego se originó una de las historias de convivencia más emblemáticas que haya conocido la ciudad: hacia comienzos del siglo XX allí se asentaron y construyeron sus moradas sirios, libaneses y judíos oriundos de los países árabes y de Europa oriental. En árabe y en hebreo hicieron sus plegarias; el español mal hablado fue la lengua franca en la que fueron, con el paso lento o vertiginoso de los años, celebrando su nuevo hogar en América.
En torno a esa esquina surgieron escuelas, templos, iglesias, sinagogas, comercios de ventas de alimentos al menudeo o de telas y baratijas, en una suerte de “Babel” que aún conserva discretamente su esplendor en el nombre de algunas tiendas o en el recuerdo de los más ancianos.
Más allá de los conflictos armados que llenaron de tristeza sus patrias de origen, más allá de enemistades dirimidas en los campos de batalla, árabes y judíos supieron poner primero, aquí y por encima de todo, el maravilloso valor de la convivencia, su memoria de haber sido extranjeros en esta tierra y su hermandad fortalecida en barcos, veredas y patios.
Cómo surgió el proyecto
A comienzos de 2008, el área de Imagen y Diseño Urbano de la
Municipalidad, dirigida por Dante Taparelli, junto a la Oficina de Derechos
Humanos, coordinada por Rubén Chababo – ambas entidades pertenecientes a la
Secretaría de Cultura y Educación Municipal-, convocaron a diseñadores para
concursar en el proyecto “Un lugar en el mundo”.
La idea que postuló este proyecto consistió en instalar en el cruce de ambas calles, en el centro mismo, sobre el asfalto, un diseño artístico construido en bronce que evoque el valor maravilloso de la convivencia entre las distintas comunidades asentadas allí a principios de siglo.
Parte del bronce utilizado para la construcción de ese diseño provino de las llaves donadas por comerciantes y vecinos de la zona que alguna vez ocuparon esas calles y ese barrio. Llaves pertenecientes a sus casas y sus negocios. Antiguas llaves olvidadas en cajones pero que en el pasado abrieron puertas y sirvieron para resguardar, tras ellas, lo construido, lo alzado, lo creado en esta tierra.
Bajo la modalidad de concurso abierto, se invitó a diseñadores de la ciudad a presentar propuestas para esta obra, las que fueron evaluadas por un jurado integrado por la arquitecta Viviana Foressi, concejal del bloque socialista, el arquitecto Julio Gelman, miembro de la Asociación Israelita de Beneficencia, Fabián Rucco, representante de la comunidad árabe, Dante Taparelli por la dirección de Diseño e Imagen Urbano y Rubén Chababo por la Oficina de Derechos Humanos.
La obra elegida, entre un total de nueve proyectos presentados, fue la de León Carpman. El jurado destacó en ella la singular forma de sintetizar la idea de coexistencia entre las comunidades árabe y judía.
El autor
León Carpman tenía 20 años al inaugurar la obra ( 2009 ), cursó sus estudios primarios en la Escuela J. N. Bialik y secundarios en el Instituto Politécnico Superior Gral. San Martín. Cursa Bellas Artes y Arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario. En el año 2007 formó parte de un programa educativo de 10 meses de duración viviendo en Jerusalem, Beer Sheva y en el Kibutz Alumot; allí pudo ver de cerca la complicada realidad de la región y aprender algo sobre la cultura árabe
Restitución
En el marco de la restitución de la señal
“Un Lugar en el Mundo”, de San Luis y Dorrego,
Dante Taparelli contó que salió con un “cortafierro” a probar la
resistencia de otras placas. Descubrió la falla y diseñó una forma de
colocación más resistente.
A
veces la imaginación, salirse del libreto, incluso hasta ponerse en el lugar de
un otro que agrede, que vandaliza, puede ser más productivo que años de
iniciativas políticamente correctas. Algo de todo eso aplicó Dante Taparelli,
director de Diseño e Imagen Urbana de la Secretaría de Cultura municipal, el
día que salió a probar la resistencia de las obras públicas con un cortafierro.
El además de
funcionario artista plástico distinguido de Rosario contó en el programa La primera de la tarde (Radio 2) que investigó cómo se habían
robado en junio de 2013 la señal urbana
“Un Lugar en el Mundo”, una pieza de bronce ubicada en
la esquina de San Luis y Dorrego.
Detectó que
“la placa estaba anclada con unos pitones del tamaño de un clavo”. Entonces
decidió hacer una prueba concreta, “con la irreverencia que me caracteriza y
porque soy un ser empírico: fui con un cortafierro a un lugar, que no voy a
decir dónde, hago con el cortafierro a la placa (sic) y vi que detrás de la
placa tenía cuatro clavos”.
“El primer
paso: cambiamos el fundidor, porque si vos pones cuatro clavos a una placa de
bronce que se roba, sos cómplice del que roba”, continuó Taparelli.
El director de
Diseño e Imagen Urbana destacó que trabaja “con dineros públicos” y por eso el
cuidado de dónde y cómo se colocan las obras.
La nueva placa
de San Luis y Dorrego “es el doble de gruesa (que la anterior) y tiene 24
pitones del tamaño del dedo gordo; o sea que si se la llevan, se llevan la
esquina”.
Día Internacional por la Paz
El lema del “Día Internacional por la
Paz: 21 de Septiembre” de este año es “Alianzas para la paz, dignidad para todos”, con el fin resaltar la importancia
de que todos los grupos sociales trabajen juntos para lograr la paz. La labor
de las Naciones Unidas no sería posible sin las alianzas que se formaron antes
de su fundación y las miles de alianzas que se forman todos los años entre los
gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, los grupos de creyentes y
otras organizaciones no gubernamentales necesarias para que la Organización
pueda lograr los objetivos del futuro.
El Día Internacional de la Paz fue establecido en 1981 por la
resolución 36/67 de la Asamblea General para que coincidiera con la sesión de
apertura de la misma, que se celebra anualmente el tercer martes de septiembre.
El Día de la Paz se conmemoró por primera vez en septiembre de 1982.
En 2001, la Asamblea General aprobó
por unanimidad la resolución 55/282, que estableció el 21 de septiembre como un día de cesación del fuego y de no
violencia a nivel mundial.
La ONU invita a todas las naciones y
pueblos a que cumplan una cesación de hostilidades durante todo ese Día y a que
también lo celebren mediante la educación y la sensibilización del público
sobre todos los temas relacionados con la paz.
ORDENANZA (MR)
Nº 8.795/2.011 - “ … Institúyase en la ciudad de Rosario el día 21 DE SETIEMBRE como “DÍA
MUNICIPAL DE LA PAZ” adhiriendo al DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ, establecido en
1.981 mediante Resolución 36/67 por Naciones Unidas … ”
Fuentes / Notas relacionadas:
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