El Papa Francisco abordó directamente los
problemas del momento en su discurso, al iniciar oficialmente su visita a
Estados Unidos, donde fue recibido por el Presidente Obama, con toda la pompa al
alcance de la Casa Blanca, en el jardín sur, ante una multitud entusiasta de
15.000 personas.
El
papa Francisco dirigió el 23 de septiembre del 2.015 las siguientes palabras en
la Casa Blanca, en su viaje apostólico a Estados Unidos:
Le
agradezco mucho la bienvenida que me ha dispensado en nombre de todos los ciudadanos
estadounidenses. Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en
este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias. En estos
días de encuentro y de diálogo, me gustaría escuchar y compartir muchas de las
esperanzas y sueños del pueblo norteamericano.
Durante
mi visita, voy a tener el honor de dirigirme al Congreso, donde espero, como un
hermano de este País, transmitir palabras de aliento a los encargados de
dirigir el futuro político de la Nación en fidelidad a sus principios
fundacionales. También iré a Filadelfia con ocasión del Octavo Encuentro
Mundial de las Familias, para celebrar y apoyar a la institución del matrimonio
y de la familia en este momento crítico de la historia de nuestra civilización.
Señor
Presidente, los católicos estadounidenses, junto con sus conciudadanos, están
comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e
incluyente, en la que se salvaguarden los derechos de las personas y las
comunidades, y se rechace toda forma de discriminación injusta. Como a muchas
otras personas de buena voluntad, les preocupa también que los esfuerzos por
construir una sociedad justa y sabiamente ordenada respeten sus más profundas
inquietudes y su derecho a la libertad religiosa. Libertad, que sigue siendo
una de las riquezas más preciadas de este País. Y, como han recordado mis
hermanos Obispos de Estados Unidos, todos estamos llamados a estar vigilantes,
como buenos ciudadanos, para preservar y defender esa libertad de todo lo que
pudiera ponerla en peligro o comprometerla.
Señor
Presidente, me complace que usted haya propuesto una iniciativa para reducir la
contaminación atmosférica. Reconociendo la urgencia, también a mí me parece
evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la
próxima generación. Con respecto al cuidado de nuestra «casa común», estamos
viviendo en un momento crítico de la historia. Todavía tenemos tiempo para
hacer los cambios necesarios para lograr «un desarrollo sostenible e integral,
pues sabemos que las cosas pueden cambiar» (Laudato
si’, 13). Estos cambios exigen que tomemos conciencia seria y
responsablemente, no sólo del tipo de mundo que podríamos estar dejando a
nuestros hijos, sino también de los millones de personas que viven bajo un
sistema que les ha ignorado. Nuestra casa común ha formado parte de este grupo
de excluidos, que clama al cielo y afecta fuertemente a nuestros hogares,
nuestras ciudades y nuestras sociedades. Usando una frase significativa del
reverendo Martin Luther King, podríamos decir que hemos incumplido un pagaré y
ahora es el momento de saldarlo.
La
fe nos dice que «el Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su
proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee
la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común» (Laudato si', 13). Como
cristianos movidos por esta certeza, queremos comprometernos con el cuidado
consciente y responsable de nuestra casa común.
Los
esfuerzos realizados recientemente para reparar relaciones rotas y abrir nuevas
puertas a la cooperación dentro de nuestra familia humana constituyen pasos
positivos en el camino de la reconciliación, la justicia y la libertad. Me
gustaría que todos los hombres y mujeres de buena voluntad de esta gran Nación
apoyaran las iniciativas de la comunidad internacional para proteger a los más
vulnerables de nuestro mundo y para suscitar modelos integrales e inclusivos de
desarrollo, para que nuestros hermanos y hermanas en todas partes gocen de la
bendición de la paz y la prosperidad que Dios quiere para todos sus hijos.
Señor
Presidente, una vez más, le agradezco su acogida, y tengo puestas grandes
esperanzas en estos días en su País. ¡Que Dios bendiga a América! …”.
Obama, cuyos planes
contra el cambio climático fueron frenados por el Congreso al principio de su
presidencia, dijo que comparte la preocupación del Papa por el medio ambiente.
"Santo Padre, usted
nos recuerda que tenemos una obligación sagrada de proteger nuestro planeta, el
magnífico regalo que nos dio Dios. Respaldamos su llamado a todos los líderes
mundiales para apoyar a las comunidades más vulnerables ante el cambio
climático y unirnos para preservar nuestro precioso mundo para las futuras
generaciones", afirmó Obama.
Sus redactores de discursos habían hecho sus deberes. El mundo
rico había “incumplido su pagaré” a los menos afortunados, declaró, “y ahora es
el momento de cumplirlo”. ¿Palabras de un radical “teólogo de la liberación”?
No, más bien una paráfrasis de las que el Reverendo Martin Luther King ( Pastor
bautista y Premio Nobel de la Paz ), el equivalente más cercano del
protestantismo norteamericano a un santo moderno, había pronunciado hace 47
años en su famoso discurso “I Have a Dream” (Tengo un Sueño), en el Mall de
Washington, a unos pocos cientos de metros de distancia del jardín Casa Blanca
donde ayer habló el Papa. Y como cualquier candidato político de Estados
Unidos, Francisco terminó con esas tres palabras obligatorias: “God Bless
America” (Dios bendiga a Estados Unidos).
Las formalidades concluyeron, los dos líderes desaparecieron en la
Casa Blanca para mantener conversaciones privadas en el despacho oval. Unos 45
minutos más tarde, reapareció Francisco en su blanco papamóvil (esta vez un
Jeep Wrangler descapotable), para dar una vuelta alrededor de avenidas vecinas,
lavado por el sol y las ovaciones delirantes de decenas de miles que bordeaban
el camino.
Luego habló a un servicio de oración de 300 obispos católicos de
Estados Unidos en la Catedral de San Mateo, a pocas cuadras de la Casa Blanca,
famosa por ser donde tuvo lugar la misa del funeral del asesinado John F.
Kennedy, el primer presidente católico de Estados Unidos.
Pero incluso si están equivocados sobre el cambio climático y la
inmigración, los republicanos pueden reclamar parte del manto papal. El
vicepresidente y el secretario de Estado de Obama pueden ser católicos, pero
también lo son seis de los candidatos presidenciales del Partido Republicano,
incluyendo Jeb Bush. La pieza central oficial del viaje no eran las sesiones en
la Casa Blanca, ni siquiera el discurso hoy en el Congreso, sino el Encuentro
Mundial de las Familias en Filadelfia este fin de semana, en el que se prevé
que haga hincapié en la importancia del matrimonio y la familia tradicional,
mensaje que llega directo al corazón de cada candidato republicano.
La iglesia está creciendo entre los hispanos, predominantemente
demócratas en su política y que ahora representan un tercio de todos los
católicos de Estados Unidos. Para esta comunidad, Francisco tiene un atractivo especial,
y uno que incluso podría afectar el curso de la política nacional
estadounidenses en estos 14 meses.
Notas relacionadas …
Texto completo del papa Francisco en la Casa Blanca
http://www.zenit.org/es/articles/texto-completo-del-papa-francisco-en-la-casa-blanca
Francisco hace causa común con Obama sobre clima y pobresa
http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/Francisco-hace-causa-comun-con-Obama-sobre-clima-y-pobreza-20150924-0013.html
El Papa defendió a los migrantes y a la ecología
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-282332-2015-09-24.html
Un día con
muchas novedades
Francisco se presentó en el Congreso y pidió
"defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo".
El discurso
completo del Papa en el Congreso de EE.UU.
“ … Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas,
cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin
Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy
Day, la justiciasocial y los derechos de las personas; y Thomas Merton,
la capacidad de diálogo y la apertura a Dios. Cuatro representantes del pueblo norteamericano …”.
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